La cerveza es una bebida presente en nuestra cultura, por ese motivo, tomar un tercio o una caña es muy habitual si salimos de tapas con los amigos o la familia. Tan solo hay que adentrarse en la historia para descubrir el origen de esta bebida milenaria que desde la antigüedad tiene fines terapéuticos.
Hay dos cursos que cuentan con gran demanda dentro de la formación cervecera: curso de cata y curso de gestión sensorial cervecera.
En el primer curso se abordan aspectos claves como la historia de la cerveza, su elaboración, los tipos de cerveza, las cervezas según su procedencia geográfica, metodología de análisis sensorial, entre otros aspectos de interés.
En lo que tiene que ver con el segundo curso formativo, destacamos, principalmente, los defectos más comunes que pueden surgir durante la producción de la cerveza artesana y las vías de actuación para su eliminación, en el caso de que fuera necesario.
En los años 70 surgió la necesidad de buscar un vocabulario estándar y universal para comunicar y describir lo que se relacionase con el olor y sabor de la cerveza. Se desarrolló un sistema para el análisis sensorial de cervezas. Una de terminología sensorial que enumera características de sabor, identificadas con un nombre, y agrupados en función de su similitud.
Todos estos términos se agruparon en una rueda para facilitar la localización y aprendizaje, se denominó a este gráfico «rueda sensorial de la cerveza». Sus términos llevan asociados sustancias de referencia que ayudan en la identificación y aprendizaje de las notas olfatogustativas de las distintas variedades.
Finalmente, cabe resaltar que este tipo de análisis sensorial es la reacción afectiva del consumidor respecto al producto.
La formación cervecera es una oportunidad para desarrollarse en un sector que ofrece oportunidades laborales tanto en el ámbito nacional como internacional.
